Aunque parece que no tenga nada que ver una cosa con la otra, lo cierto es que cada vez se detectan más casos de blanqueo de capitales realizado captando los [infopopup:muleros] a través de técnicas de ingeniería social por medio de ofertas de empleos. ¿Quién no ha recibido alguna vez un correo electrónico ofreciendo una oferta de trabajo por cantidades importantes teniendo como único trabajo que mover el dinero de una cuenta a otra? Márgenes de escándalo se manejan en estas operaciones. ¿De dónde procede ese dinero? Normalmente de delitos por internet. Por ejemplo, dinero obtenido por redes de phishing que consiguen las contraseñas de entidades bancarias de personas y envian cantidades de dinero obtenidas de tales estafas a las cuentas de los «muleros». Podría alegarse que uno piensa que es un trabajo legal y ampararse en el desconocimiento para poder librarse de la cárcel. Pues no. No vale. Primero, porque el propio Código Penal dice en el artículo 301.3 que el blanqueo de capitales es delito aunque se cometa por imprudencia grave. Todos los tribunales en España entienden que si una persona abre una cuenta, le ingresan 8000 y luego ingresa 7000 en otra cuenta y se queda con 1000 sabe perfectamente que algo ahí no está muy bien y a pesar de ello, no lo denuncia y sigue realizando ese trabajo. Evidentemente eso no cuadra y automáticamente hay que denunciarlo a la policía. Este fue el caso de un matrimonio de Tarragona que actuó así para una red de phishing y se llevó la desagradable sorpresa de ser detenidos, juzgados y condenados al pago del total de las cantidades estafadas. No lo que se quedaron ellos. Lo que estafaron los estafadores para los que trabajaban. Por eso, desde Zinetik os recomendamos mucho cuidado con estas prácticas. Denunciar a la policía, consultar con blogs de seguridad, etc. Y sobre todo, mucho sentido común. Nadie da duros a cuatro pesetas, que dirían nuestros padres (y muchos de nosotros).